La duda viene a nuestro corazón cuando quitamos los ojos de Jesús y miramos las circunstancias que nos rodean. El problema es que esto nos sucede constantemente, día a día y si no aprendemos a sacarla de nuestra vida, viviremos ansiosos, preocupados y sin esperanza. Vivir una vida de duda, es escalofriante, es vivir sin fe, atravesando días grises y tristes.
Dios no quiere eso para nosotros, por eso envió a su Hijo, para darnos una vida en abundancia.
Juan 10:10
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
No dejemos que nos roben la vida y su propósito. Hay una vacuna contra la duda que es meditar en la Palabra de Dios y orar. Meditar en la Palabra que da vida, que te levanta y te llena de esperanza; y orar con perseverancia a nuestro Padre que nos ama y que tiene cuidado de nosotros. No te sueltes de su mano y prueba hoy mismo la vacuna y me cuentas!