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Cuando Dios creó al hombre y la mujer, los hizo a su imagen y semejanza, fue su creación más amada y especial, les proporcionó todo lo que necesitaban y más: compañía, propósito, dominio y abundante sustento. Cuando recuerdo el significado del Jardín del Edén recuerdo el plan original de Dios, su significado es jardín del gozo.

 Que maravilloso el plan de Dios para sus hijos. El caminaba en el huerto y hablaba con ellos, aquí abro paréntesis,  El no ha cambiado, a El le sigue gustando hablar con sus hijos, somos nosotros los que muchas veces no estamos disponibles, cierro paréntesis. Todo era perfecto hasta que llegó el engañador, el mentiroso por naturaleza y que viene haciendo lo mismo por muchísimo tiempo. Hoy lo vamos a desenmascarar!

 La serpiente comienza su ataque con una pregunta maliciosa ( Gen. 3: 1) Con que Dios te ha dicho : No comáis de todo árbol del huerto?   Pero Eva corrige a la serpiente y le aclara que de todos los árboles pueden comer, solo de un árbol no podrán comer, ni podrán tocarlo porque sino morirán.

 Aquí quiero detenerme un poco; ¿qué hacía Eva conversando con quien no debía?. El mentiroso siempre está buscando presas y  tratará de confundir, aquí hizo una pregunta malintencionada e incorrecta y Eva demostró que si conocía la Palabra de Dios, tanto así que la corrige pero continúa escuchándola.

 Segundo ataque: Luego que Eva la corrige demostrando su conocimiento en las instrucciones que Dios había dado, la serpiente le dice que Dios no les ha dicho la verdad sino que Él no quiere que sean como El. En una frase quebranta el prestigio de Dios y cuestiona su carácter en dos áreas: su soberanía y su bondad.

 Eva duda.

 Quiero aquí hacer silencio. 😞

Al Eva dudar, se despertó un descontento en su corazón. Aún en medio de las circunstancias más perfectas puede surgir la incredulidad.

 “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”

 Impulsada por la incredulidad el patrón de la codicia se manifestó: ver, codiciar, tomar y esconder.

Una mala conversación sembró una duda que lo cambió todo. Y aunque no siempre podemos elegir lo que vemos, podemos elegir en qué ponemos nuestro corazón.

No le creas a la serpiente, porque sé que ya te ha estado hablando. No dejes que te siembren duda y recuerda siempre que Dios es bueno en todo tiempo.